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Saturday, August 06, 2011

TOCAMOS TECHO (XIV): Colunma de ayer (Agosto 5) de Paul Krugman

Sin duda alguna Paul Krugman está muy decepcionado por la importancia que la Administración Obama le dio al asunto del techo y el default. En este artículo publicado ayer en el New York Times -y que yo no reproduje antes aquí porque mi compu emperzó a tener problemas- lo deja bien en claro. En fin, lean y opinen (se agradece que dejen algún comentario; me hace sentir mejor). Como siempre, me responsabilizo por la traducción.

Las preocupaciones equivocadas
Por PAUL KRUGMAN
En caso de que hubiera alguna duda, la caída del jueves de 500 puntos en el promedio industrial Dow Jones y el desplome en las tasas de interés a casi mínimos históricos confirmaron que la economía NO se está recuperando y que Washington no se preocupa por  los verdaderos problemas.
No se trata sólo de que la amenaza de una doble recesión ha llegado a ser muy real. Ahora es imposible negar lo obvio, que es que no estamos y nunca hemos estado en el camino de la recuperación.
Durante dos años los funcionarios de la Reserva Federal, de las organizaciones internacionales y, triste es decirlo, de la misma administración Obama han insistido en que la economía estaba en vías de recuperación. Cada retroceso se atribuyó a factores temporales - ¡Son los griegos! ¡Es el tsunami! - que pronto desaparecerían. Y en vez de enfocarnos en el desempleo lo hicimos sobre la supuestamente urgente cuestión de  la reducción del déficit. Pero la economía no estaba en vías de recuperación.
Sí, la recesión terminó oficialmente hace dos años y la economía ha salido de una horrible espiral. Pero dada la profundidad de la caída inicial el crecimiento nunca fue ni remotamente adecuado. En particular, cuando el empleo cae tanto como lo hizo desde 2007 a 2009 se necesita una recuperación enorme para compensar lo perdido. Y eso no pasó.
Una medida crucial es la relación entre empleo y población. En junio de 2007 un 63 por ciento de los adultos tenían trabajo. En junio de 2009, oficialmente al final de la recesión, el número se redujo a 59,4%. En junio de 2011, dos años después de la supuesta recuperación, la cifra fue del 58.2%.
Estas pueden parecer frías estadísticas pero reflejan una realidad verdaderamente terrible. No sólo hay un gran número de estadounidenses desempleados o subempleados sino que, por primera vez desde la Gran Depresión, muchos trabajadores se enfrentan a la perspectiva de desempleo a muy largo plazo –o quizás para siempre. Entre otras cosas, el aumento de desempleo reduce los ingresos futuros del gobierno por lo que ni siquiera estamos actuando con sensatez en términos puramente fiscales. Pero, más importante: esto es una catástrofe humana.
¿Y por qué deberíamos sorprendernos de esta catástrofe? ¿De donde se supone que va a venir el crecimiento? Los consumidores, aún agobiados por la deuda contraída durante la burbuja inmobiliaria, no están dispuestos a gastar. Las empresas no ven ninguna razón para aumentar la producción debido a la falta de demanda de los consumidores. Y por culpa de la obsesión con el déficit, el Gobierno, que podría y debería estar estimulando a la economía en este momento de necesidad, ha estado desalentándola.
Ahora parece que todo está a punto de empeorar aún más. ¿Cuál es la respuesta?
Para revertir este desastre muchos tendrán que admitir -por lo menos a sí mismos- que se han equivocado  y que tienen que cambiar sus prioridades de inmediato.
Por supuesto, algunos no van a cambiar. Los republicanos no dejarán de chillar por el déficit porque, en primer lugar, nunca estuvieron sinceramente preocupados. Su obsesión es nada más que un palo que usan para golpear a sus oponentes políticos -como lo hace obvio su griterío cada vez que se meciona un aumento de impuestos a los ricos. Y no van a soltar el palo.
Pero el desastre de la política de los últimos dos años no es sólo el resultado del obstruccionismo del GOP. No habría sido tan eficaz si la elite política -incluyendo algunos altos funcionarios de la administración de Obama- no hubieran estado de acuerdo en que la reducción del déficit, no la creación de empleos, debía ser nuestra prioridad. Ben Bernanke y sus colegas tampoco están libres de culpa: la Reserva Federal de ninguna manera ha hecho todo lo posible, en parte porque estaba más preocupada por la inflación hipotética que por el desempleo real y en parte porque se dejó correr por tipos de la calaña de Ron Paul. (*)
Bueno, es hora que alguien mande a parar. Las tasas de interés y los precios de las acciones en caída libre nos dicen que los mercados no están preocupados por la inflación o por la solvencia de los Estados Unidos. Están preocupados por nuestra falta de crecimiento. Y tienen razón, aunque el miércoles el Secretario de Prensa haya dicho, inexplicablemente, que no hay amenaza de una doble recesión.
A principios de esta semana se dijo que la administración Obama va a “pivotear” al tema empleos ahora que quedó atrás el asunto del techo de la deuda. Pero me temo que eso se limitará a algunas medidas de menor importancia, más simbólicas que reales. Si es así, el Presidente Obama corre el riesgo de hacer el ridículo.
El punto es que ahora es el momento –y lo ha sido por mucho tiempo- de tomar en serio la crisis real de la economía. La Reserva Federal debe dejar de poner excusas y el Presidente necesita hacer propuestas que realmente sirvan para crear puestos de trabajo. Y si los republicanos las bloquean, el Presidente debe denunciarlos  -al estilo de Harry Truman- como miembros del partido del no-dejar-hacer.
Esto podría o no podría funcionar. Pero ya sabemos lo que ahora no funciona: la política económica de los últimos dos años -y los puestos de trabajo que millones de estadounidenses NO tienen.
(*) Ron Paul: miembro de la Cámara de Representantes (R-TX), seguidor de las teorías de Ayn Rand. Se denomina a sí mismo “libertario”  y es partidario de prohibirle al Estado casi toda actividad (se opone, por ejemplo, a la ayuda a las víctimas de catástrofes naturales). Actualmente es precandidato Republicano a la Presidencia de los Estados Unidos. (N. del T.)
© 2011 by The New York Times Syndicate

2 comments:

H said...

Tremendo.
H

olga said...

"Esto es una catástrofe" kRUGMAN said. Lo frustrante es comprobar la total falta de preparación de Obama.
Cada vez me arrimo más a la idea de que los republicanos se tomaron un respiro y dijeron "dejemos al ne....
to que haga la tarea sucia,despues volvemos y tomamos lo que necesitemos
de los emergentes,total les sobra.
Y cómo siempre el papel de los medios,el Gran Hermano funciona perfecto,las mentes lavadas totalmente,cómo van a reaccionar,son zombies.Ver Treme,1era temporada el desastre de Nueva Orleans ,la falta de ayuda
del Gobierno Central que hace que un profesor harto de solicitar ayuda se suicida.
Olga