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Sunday, November 08, 2009

SE NECESITABAN 218. SE CONSIGUIERON 220

Sábado a medianoche la Cámara de Representantes le dio aquí media sanción a la nueva ley de seguro médico universal, que ahora pasa al Senado. Si esta Cámara lo aprueba con modificaciones, el proyecto NO vuelve a la Cámara de inicio -como SI sucedería en Argentina. Aquí el procedimiento es que cada Cámara designa tres miembros y esa comisión de seis se reúne y arregla una versión intermedia a su leal saber y entender. Una vez hecho esto, se envía la ley al escritorio del Presidente Obama para que la firme. El Presidente puede firmarla o vetarla totalmente (vetos parciales están prohibidos) y devolverla. Si el Presidente ni la firma ni la veta, la ley entra automáticamente en vigor a los treinta días.
Ahora viene la pelea en el Senado. Hay cien senadores, dos por Estado y una ley como esta necesita mayoría simple, o sea sesenta votos....
No, ni me enloquecí ni me olvidé como hacer cuentas.
Les explico: el reglamento del Senado tiene una cláusula muy extraña: para poder hacer moción de cierre de debate y pasar a votación se necesitan -ahí si- sesenta votos afirmativos. Si no se consiguen, la lista de oradores sigue abierta y no se puede votar. El partido minoritario -si quiere bloquear la ley (y eso es lo que los republicanos tratarán de hacer)- puede seguir anotando oradores con la intención de jamás votar. Y no importa de que carajo hablen esos oradores -hasta pueden ponerse a leer la Guía Telefónica en voz alta.
A esa maniobra se la llama "filibuster", seguramente porque, francamente, parece cosa de piratas.
Hay ejemplos célebres: cuando el Presidente Johnson quiso hacer aprobar el Acta de Derechos Civiles, el senador sureño Strom Thurmond habló más de dos días seguidos hasta que se desmayó agotado. Sólo entonces pudo cerrarse el debate y votar (el Acta fue aprobada por aclamación).
La relación de fuerzas está así: los demócratas tienen cincuenta y ocho senadores, los republicanos cuarenta, hay un "independiente" (Joe Lieberman, de Connecticut) y un socialista (Bernie Sanders, de Vermont). Bernie va a votar el cierre de debate; el problema es Lieberman, que es un hijo de su reputísima madre y que ya dijo que votara con la derecha republicana.
Por eso Harry Reid (jefe del bloque demócrata) y el propio Presidente Obama están cortejando febrilmente a la senadora republicana por Maine, Olympia Snowe, quien insinuó que, si la tientan lo suficiente, podría no votar con su partido y, entonces, permitir que se cierre el debate y se vote.
Y, con la excepción de dinero en efectivo (que prácticamente es lo único ilegal aquí) los demócratas se han echado a sus pies y le han dicho que no tiene más que pedir y será satisfecha. Que si quiere que se aumenten las partidas de la participación federal a su Estado,  que si prefiere que cuando le toque presentarse a reelección (su mandato vence en 2012) los demócratas se "olviden" de presentar un candidato que se le oponga, pero que como no, que con mucho gusto, faltaba más. Por ahora parece que la senadora no es sorda ni ciega a los halagos: aportó el voto decisivo para que el proyecto saliera de Comisión y pasara al "piso" del Senado. Claro que la mina no es ninguna boluda: avisó públicamente, ante los periodistas de la prensa escrita y las cámaras de TV, que su voto afirmativo en Comisión no garantizaba que vaya a votar igual en el momento decisivo, que esperaba "más señales" del gobierno. No tuvo que decir más para que se le renovaran los ofrecimientos: con decirles que la mina todavía no aceptó una invitación que le hizo el matrimonio Obama para que ella y su esposo asistieran a una cena íntima en la Casa Blanca. ¿Que tal?*
Y aquí les dejo un link a noticias más recientes:
 *(Lo que acabo de escribir me hace recordar la bronca que me agarré contra esa envejecida bestia fascista, Mariano Grondona, cuando en su columna de "La Nación" insultó a los legisladores no oficialistas que votaron la Ley de Comunicación Audiovisual y los llamó "mercenarios" por participar -según él- en situaciones similares a las que acabo de describir. Y no se privó de mentir descaradamente, diciendo que, claro, esas cosas no pasan en los "países serios". ¡Que jijo, por favor! O Grondona miente cuando dice entender de política o miente cuando pretende engañar a los argentinos con esas fábulas estúpidas.)




1 comment:

e-p said...

grondona, el que escribía para los fascistas que voltearon a illia.

el que dijo "lo racional en toda guerra es estar al lado de los ganadores"... refiriéndose a la última dictadura cívico militar.

pobre pino solanas cuando el domingo fue a canal 26, otra vez, a darle de comer a las bestias conservadoras.

periodista a sueldo de la mesa de enlace.

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