En
estos días muchos medios dedican espacio a recordar que se cumplen 50
años de la promesa del Presidente Lyndon Johnson de lanzar una "Guerra
contra la Pobreza" (War on Poverty). Y se publican muchos
análisis y reportajes sobre el tema para evaluar el estado actual del
problema. Este artículo (resumido del New York Times) mira hacia uno de
los lugares más pobres de los Estados Unidos: el estado de West
Virginia.
LOS CONDADOS MÁS POBRES CONTINÚAN NECESITANDO
Por Trip Gabriel
TWIN
BRANCH, West Virginia - Cuando la gente visita amigos y vecinos en el
sur de West Virginia, donde las carreteras pavimentadas dan paso a
sinuosos caminos de tierra que se internan abruptamente en hondonadas
boscosas, se habla a menudo de vidas que nunca despegaron.
Cuando la visitó un día frío día de invierno, Sabrina Shrader, 30, una ex vecina, le preguntó a Marie Bolden “¿Como está John?"
“Tuvo más convulsiones la otra noche", Hablaban del hijo de Marie, John McCall, que había sido compañero de escuela de Sabrina, muchos años antes. John quedó atrapado hace años en la resaca oscura de las drogas, destino frecuente de muchos aquí en el condado de McDowell. Por una sobredosis casi se muere en 2007; ahora sobrevive gracias a una pensión por incapacidad. Su hermano, Donald, recién salido de prisión, está sin trabajo y sin techo...
"Es como si estuviera en un agujero sin salida", dijo Bolden, hablando de Donald mientras rociaba miel en un bizcocho hecho en casa. “El otro día vino y me dijo: '¿No es una vergüenza? Tengo 30 años y todo lo que tengo en la vida cabe en una mochila’. "Me rompió el corazón".
El Condado de McDowell, el más pobre en West Virginia, ha sido una triste muestra de la pobreza estadounidense arraigada desde hace más de medio siglo. John F. Kennedy hizo campaña aquí en 1960 y quedó tan consternado que prometió enviar ayuda inmediatamente si era elegido presidente. Su primera orden ejecutiva creó el programa de estampillas de comida, cuyos destinatarios fueron primero los residentes del Condado McDowell. Cuando el presidente Lyndon B. Johnson declaró la "guerra incondicional contra la pobreza", en 1964, fue la miseria de los Montes Apalaches lo que tenía en mente. Los programas federales que siguieron -Medicare, Medicaid, los almuerzos escolares gratuitos y otros– sacaron a decenas de miles de una vida de mera subsistencia y mejoraron su nivel.
Pero medio siglo después, con la tasa de pobreza en aumento, las dificultades parecen simplemente haber mostrado una nueva cara para los habitantes del condado de McDowell. La economía está en declive, junto con la industria del carbón, los pueblos se vacían porque la gente huye, y las comunidades están marcadas por la disolución de la familia, el abuso de drogas y una alta tasa de encarcelamiento.
Cincuenta años después de comenzada la guerra contra la pobreza, su aniversario se recuerda con conferencias académicas y discusiones ideológicas -a menudo centradas, de forma explícita o implícita, en la "cultura" de los residentes urbanos pobres. Casi se olvida que la pobreza es multiforme y que la pobreza crónica es un problema principalmente rural.
De los 353 condados en los Estados Unidos en los que la pobreza es más persistente -definidos por Washington como que han tenido una tasa de pobreza superior al 20 por ciento en cada una de las últimas tres décadas- el 85 por ciento son rurales. Se concentran en varias regiones: las reservaciones indias en el oeste; las comunidades hispanas en el Valle del Río Grande en Texas; una franja geográfica que atraviesa el “Sur Profundo” y a lo largo del delta del Mississippi, (población mayoritariamente negra) y los Apalaches (población mayoritariamente blanca), que han suministrado algunas de las imágenes icónicas de la pobreza rural en los Estados Unidos.
Gran parte del Condado de McDowell se parece a un Detroit rural, con las ventanas rotas en las empresas cerradas y las casas en ruinas que denuncian la inevitable negligencia. En muchos lugares, poco parece haber sido construido o mantenido en décadas.
Comenzando en el siglo XIX, la escarpada región ha producido más carbón que cualquier otro condado en West Virginia, pero la riqueza así generada nunca regresó. De los 55 condados de Virginia Occidental, McDowell tiene el ingreso familiar promedio más bajo, $ 22.000 anual, la peor tasa de obesidad infantil y la más alta tasa de natalidad en la adolescencia.
Los números cuentan la historia tan vívidamente como el paisaje lleno de cicatrices. Cuarenta y seis por ciento de los niños en el condado no viven con sus padres biológicos, de acuerdo con el distrito escolar. Sus madres y padres están en la cárcel, están muertos o los han dejado para ser criados por parientes, dice Gordon Lambert, presidente de la Comisión del Condado de McDowell.
El Condado de McDowell es en cierto modo un lugar verdaderamente dejado atrás, del que han huido casi todos los que tenían algún grado de educación dejándolo casi sin esperanzas de prosperidad. Pero en un país en el que más de 46 millones de personas viven por debajo del nivel de pobreza -15 por ciento de la población- es también un recordatorio aleccionador de lo mucho que, 50 años después que el Presidente Johnson declarara la “Guerra contra la Pobreza”, aún está destruído y sin esperanzas.
Cuando la visitó un día frío día de invierno, Sabrina Shrader, 30, una ex vecina, le preguntó a Marie Bolden “¿Como está John?"
“Tuvo más convulsiones la otra noche", Hablaban del hijo de Marie, John McCall, que había sido compañero de escuela de Sabrina, muchos años antes. John quedó atrapado hace años en la resaca oscura de las drogas, destino frecuente de muchos aquí en el condado de McDowell. Por una sobredosis casi se muere en 2007; ahora sobrevive gracias a una pensión por incapacidad. Su hermano, Donald, recién salido de prisión, está sin trabajo y sin techo...
"Es como si estuviera en un agujero sin salida", dijo Bolden, hablando de Donald mientras rociaba miel en un bizcocho hecho en casa. “El otro día vino y me dijo: '¿No es una vergüenza? Tengo 30 años y todo lo que tengo en la vida cabe en una mochila’. "Me rompió el corazón".
El Condado de McDowell, el más pobre en West Virginia, ha sido una triste muestra de la pobreza estadounidense arraigada desde hace más de medio siglo. John F. Kennedy hizo campaña aquí en 1960 y quedó tan consternado que prometió enviar ayuda inmediatamente si era elegido presidente. Su primera orden ejecutiva creó el programa de estampillas de comida, cuyos destinatarios fueron primero los residentes del Condado McDowell. Cuando el presidente Lyndon B. Johnson declaró la "guerra incondicional contra la pobreza", en 1964, fue la miseria de los Montes Apalaches lo que tenía en mente. Los programas federales que siguieron -Medicare, Medicaid, los almuerzos escolares gratuitos y otros– sacaron a decenas de miles de una vida de mera subsistencia y mejoraron su nivel.
Pero medio siglo después, con la tasa de pobreza en aumento, las dificultades parecen simplemente haber mostrado una nueva cara para los habitantes del condado de McDowell. La economía está en declive, junto con la industria del carbón, los pueblos se vacían porque la gente huye, y las comunidades están marcadas por la disolución de la familia, el abuso de drogas y una alta tasa de encarcelamiento.
Cincuenta años después de comenzada la guerra contra la pobreza, su aniversario se recuerda con conferencias académicas y discusiones ideológicas -a menudo centradas, de forma explícita o implícita, en la "cultura" de los residentes urbanos pobres. Casi se olvida que la pobreza es multiforme y que la pobreza crónica es un problema principalmente rural.
De los 353 condados en los Estados Unidos en los que la pobreza es más persistente -definidos por Washington como que han tenido una tasa de pobreza superior al 20 por ciento en cada una de las últimas tres décadas- el 85 por ciento son rurales. Se concentran en varias regiones: las reservaciones indias en el oeste; las comunidades hispanas en el Valle del Río Grande en Texas; una franja geográfica que atraviesa el “Sur Profundo” y a lo largo del delta del Mississippi, (población mayoritariamente negra) y los Apalaches (población mayoritariamente blanca), que han suministrado algunas de las imágenes icónicas de la pobreza rural en los Estados Unidos.
Gran parte del Condado de McDowell se parece a un Detroit rural, con las ventanas rotas en las empresas cerradas y las casas en ruinas que denuncian la inevitable negligencia. En muchos lugares, poco parece haber sido construido o mantenido en décadas.
Comenzando en el siglo XIX, la escarpada región ha producido más carbón que cualquier otro condado en West Virginia, pero la riqueza así generada nunca regresó. De los 55 condados de Virginia Occidental, McDowell tiene el ingreso familiar promedio más bajo, $ 22.000 anual, la peor tasa de obesidad infantil y la más alta tasa de natalidad en la adolescencia.
Los números cuentan la historia tan vívidamente como el paisaje lleno de cicatrices. Cuarenta y seis por ciento de los niños en el condado no viven con sus padres biológicos, de acuerdo con el distrito escolar. Sus madres y padres están en la cárcel, están muertos o los han dejado para ser criados por parientes, dice Gordon Lambert, presidente de la Comisión del Condado de McDowell.
El Condado de McDowell es en cierto modo un lugar verdaderamente dejado atrás, del que han huido casi todos los que tenían algún grado de educación dejándolo casi sin esperanzas de prosperidad. Pero en un país en el que más de 46 millones de personas viven por debajo del nivel de pobreza -15 por ciento de la población- es también un recordatorio aleccionador de lo mucho que, 50 años después que el Presidente Johnson declarara la “Guerra contra la Pobreza”, aún está destruído y sin esperanzas.
Este mapa de USA permite apreciar donde está West Virginia |
Aquí se ve donde está el condado de McDowell (en violeta, en el extremo sur del estado) |
1 comment:
Gran tarea de información la suya, Eddie.
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