La Associated Press ha distribuido esta semana una semblanza de la Presidenta escrita por sus periodistas Michael Warren y Debora Rey. Aunque contiene algunos lugares comunes y estereotipos no muy exactos, me pareció interesante traer el artículo aquí, como muestra de que cada vez más la Argentina llama la atención en el mundo... y por buenas razones.
El poder y el dolor forjaron el carácter de la lideresa argentina
Por Debora Rey y Michael Warren, The Associated Press
BUENOS AIRES, Argentina (AP) – Para Cristina Fernández, la combativa lideresa argentina con probabilidades de ganar su reelección el domingo con una victoria aplastante, hay un antes y un después
Sucedió a su marido, Néstor Kirchner, que tuvo un exitoso paso como presidente. Pero Cristina Fernández fue acosada por una crisis tras otra. Poderosos intereses agrícolas se alinearon contra el aumento de sus impuestos, los analistas financieros predijeron el colapso económico inminente. Casi todas las encuestas decían que la mayoría desaprobaba su liderazgo, y los cables secretos de la embajada de USA repetían la especulación de que quizás no podría siquiera terminar su mandato.
El pasado 27 de octubre el ex-presidente, Néstor Kirchner, su compañero de toda la vida, murió de un ataque al corazón.
Una efusión de simpatía convirtió su funeral en una catarsis nacional y Cristina Fernández cambió de tono.
Dejó la retórica del “todo o nada” que ella y su marido habían esgrimido en contra de sus enemigos y se mostró como la presidente de todos los argentinos.
Antes confrontaba a sus rivales con el dedo índice extendido, golpeando el aire.
Después de la muerte de su marido su rostro se suavizó en el dolor. Archivó su sarcasmo y pidió a sus aliados que se moderasen.
Al mismo tiempo les demostró a los escépticos que podía gobernar sin la ayuda de su marido.
Sus enemigos esperaban -y sus aliados temían- que la viuda se vendría abajo sin el apoyo constante de Kirchner. En cambio, la economía siguió creciendo y Cristina introdujo más programas sociales que ayudaron a reducir la pobreza. Sus índices de aprobación se elevaban –este último mes- al 70 por ciento.
Si las encuestas no se equivocan, recibirá más votos que sus siete rivales combinados, convirtiéndose en la primera mujer en América Latina que es reelegida a la presidencia. Cristina, de 58 años, podría acercarse al 60 por ciento dos veces logrado por su héroe, el presidente Juan Domingo Perón.
Puede ganar suficientes votos como para recuperar el control del Congreso, que perdió en 2009 cuando los medios de comunicación se alinearon en su contra.
“Nunca pensamos en renunciar o comprometernos o debilitar al gobierno ... yo tomo una posición y si me echan, que sea por algo que creo y hago y no por hacer algo en lo que no creo “, le dijo a Sandra Russo, cuya biografía autorizada, "La Presidenta”, se publicó durante la campaña.
Ya que casi nunca responde a preguntas de los periodistas, el libro se ha convertido en uno de los documentos más reveladores disponibles sobre su estado de ánimo.
Peronista de nacimiento y nacionalista hasta la médula, Cristina Fernández llegó a su madurez entre las dictaduras argentinas de 1966-1973 y 1976-1983, iniciándose en la política, aun cuando su partido estaba prohibido. Su tío fue asesinado a balazos por policías que dijeron que lo habían confundido con un guerrillero.
Se casó con Kirchner, un compañero activista de la Juventud Peronista, justo antes de que Perón regresara del exilio y fuera elegido por tercera vez en 1973. Alguna vez un héroe, tanto para izquierdas como para derechas, Perón permitió secretamente la persecución de algunos de sus jóvenes simpatizantes izquierdistas por policías vestidos de civil, campaña que se hizo oficial y se extendió fuera de control después de que murió menos de un año después.
Pronto tomó el poder una junta militar mucho más brutal y uno de los compañeros de cuarto de Néstor fue secuestrado; nunca reapareció. Sus familias quemaron todos los libros que se pudieran sospechar de izquierda y los Kirchner huyeron a la ciudad natal de Néstor en la Patagonia, donde imaginaron sus futuras campañas mientras los militares seguían matando.
“Todo lo que recuerdo de la política, desde que yo era una niña, tiene que ver con la violencia”, le dijo a su biógrafa.
Los discursos han sido el arma favorita de Cristina: los fue puliendo a lo largo de su carrera como abogada, directora de campaña, diputada y luego senadora. Sarcástica con sus amigos, fulminante con sus enemigos, a menudo estridente, siempre apasionada, parecía gozar con cada confrontación.
“Lo que irrita a la gente acerca de Cristina no es que sea mujer sino la mujer que es. Excesiva. Muestra demasiado demasiadas cualidades “, dice Russo.
Una biógrafa hostil, Silvina Walger, resumió los sentimientos de los críticos llamándola “una mujer muy autoritaria, amarga, arbitraria”.
A pesar de estas impresiones, muchos argentinos consideran ahora que Cristina es la personalidad política más capaz de mantener vibrante la economía argentina, una de las de más rápido crecimiento en el mundo. Muchos recuerdan el devastador colapso de 2001, y le dan crédito a los Kirchner por el rebrote.
Mientras que algunos economistas advierten que la alta inflación y el gasto público son insostenibles, Cristina ha invertido mucho en la reconstrucción de la capacidad industrial destruida por las privatizaciones y la borrachera de la deuda externa en la década de 1990 y el default que resultó. También negoció con multinacionales del petróleo y compañías mineras para crear nuevas fuentes de ingresos y energía.
A medida que la elección se acercaba, Cristina utilizó gran parte de la nueva riqueza y otras herramientas para consolidar el apoyo a su candidatura.
Atrajo a los argentinos de bajos ingresos con los programas de lucha contra la pobreza social, incluyendo una asignación monetaria a las familias con niños en la escuela pública.
También les gustó a muchos -en este país apasionado por el deporte- que Cristina gastara millones de dólares para proporcionar “Fútbol para todos” en la televisión estatal, arrancándole a la franquicia de cable del Grupo Clarín, el conglomerado de medios que ha sido uno de sus opositores más vocales, el monopolio de su transmisión.
Kirchner estuvo a su lado durante casi todas sus batallas. debatiendo constantemente la estrategia. Tuvieron dos hijos: Máximo, que maneja el negocio familiar de bienes raíces y Florencia, que renunció a la escuela de cine en Nueva York para estar este año junto a su madre.
“Desde el momento en que lo conocí hasta que murió, Néstor me hizo reír”, dice Cristina.
Cuando Kirchner murió, sus opositores se sorprendieron al ver el gran número de partidarios que acudieron a su lado, pidiéndole que siguiera poniendo los recursos públicos al servicio del pueblo. Para un país cautivado por Perón y su esposa Evita, quien murió de cáncer un año antes que Cristina naciera, los ecos históricos eran imposibles de perder.
Expertos argentinos sostuvieron por mucho tiempo que Kirchner planeaba recuperar la banda presidencial en las elecciones de este año. Ahora le toca a Cristina mantener vivos los proyectos de la pareja.
2 comments:
Lógico, si desconozco un país y miro desde una cierta posición y haciendo una lectura superficial y tomando como fuente la prensa mayoritaria voy a lograr una visión escorzada que no puede salir del estereotipo acerca de nuestro pais.
Eso si,se les nota el machismo
Eddie, por lo menos la visión de esta gente es más matizada que la que leí hace poco en el Financial Times, una sarta de diatribas y lugares comunes que parecía escrita por Roberto Cachanosky (aka Chantanosky). Te dejo el link aunque hay que estar suscripto para leerlo, se llama "Argentina's economic recovery".
http://www.ft.com/intl/cms/s/0/5a5b87e8-fb1a-11e0-bebe-00144feab49a.html#axzz1cR1fM0HE
Un abrazo.
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