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Saturday, October 17, 2009

EL "ANTI-INTELECTUALISMO" EN POLÍTICA

Es un tema que siempre me ha apasionado: de como la derecha tiene la habilidad de desacreditar a sus oponentes acusándolos de... demasiado educados.
Aquí en USA se ha escrito sobre eso y hay dos libros que, aunque publicados casi medio siglo atrás, siguen siendo algo así como biblias sobre el tema, escritos los dos  por la misma persona: Richard Hofstadter, entonces Profesor de Historia en Columbia University:  "Anti-Iintellectualism in the American Life" (1963) y "The Paranoid Style in American Politics" (1964).

Desde hace mucho en USA la derecha ha pintado a los intelectuales como "elitistas", desconectados del verdadero espíritu popular, gente con la que ningún "verdadero patriota americano" querría sentarse a tomar un cerveza (precisamente eso de "usted tomaría una cerveza con él" formó parte importante de la propaganda electoral de George W. Bush, que incrementaba su popularidad fingiendo ser aún más bruto de lo que realmente es).  Ante la imposibilidad de decir claramente que es el "partido de los ricos", el Partido Republicano instala en las masas un populismo consistente en elogiar la ignorancia y despreciar el conocimiento que, según la derecha, es el patrimonio de intelectuales "progres" que desprecian al pueblo y tratan de engañarlo. En las últimas elecciones fue evidente como el senador McCain eligió como compañera de fórmula a la gobernadora de Alaska, Sarah Palin, porque, entre otras cosas, esta mujer es espectacularmente ignorante y hace de eso una prenda de valor. Más: la propaganda republicana destacaba entre las características negativas de Obama el que fuera Profesor de Derecho Constitucional en la Universidad de Chicago.

En Argentina, el uso del anti-intelectualismo en los comienzos del Movimiento ("alpargatas sí, libros no") apuntaba también a una izquierda desconectada pero, fundamentalmente, a los intelectuales del Régimen (fíjense que los presidentes conservadores del siglo XX, a excepción de los militares Roca y Justo, fueron todos abogados y casi todos con pergaminos académicos). 
Creo que ahora, en cambio, el anti-intelectualismo político argentino se parece más al de USA. Una de las armas oligarcas contra los Kirchner es acusarlos, precisamente, de intelectuales. (Creo que Cristina incluso lo es más que Néstor, pero a lo mejor me equivoco).
Recuerdo haber leído alguna declaración de uno de la Mesa de Enlace, acusando a los Kirchner de creer que "los libros son la realidad"  y de no tener "esa relación con  la tierra que sólo la vida de campo enseña" (Sartre lo hubiera llamado "poeta de la propiedad inmobiliaria").

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